Ejercicio físico y fertilidad: encontrando el equilibrio perfecto

Es más fácil preservar tu fertilidad si cuidas de tu cuerpo por medio de una dieta sana y un programa de ejercicio. Existe evidencia de que si te encuentras en los extremos de tu peso, ya sea muy bajo o muy alto, puedes comprometer tu capacidad para concebir.

El equilibrio de la grasa corporal también juega un papel importante en la fertilidad en la mujer, ya que está relacionado con la producción de las hormonas necesarias para el embarazo. Algunas mujeres atletas sufren de problemas de irregularidad en su ciclo menstrual o disfunción ovulatoria, lo que refleja cómo la actividad física intensa puede interferir con los procesos reproductivos naturales.

Relación entre actividad física y fertilidad

Cuando hablamos de fertilidad y ejercicio, nos encontramos ante una relación que podría describirse como una curva en forma de U invertida. Es decir, tanto la ausencia de actividad física como su exceso pueden afectar negativamente la capacidad reproductiva, mientras que la actividad física moderada representa el punto óptimo para la salud reproductiva.

El sedentarismo está asociado con problemas metabólicos, aumento de peso y alteraciones hormonales que pueden interferir con la ovulación en mujeres y afectar la calidad seminal en hombres. Por otro lado, el ejercicio extremo puede provocar alteraciones en el balance energético del organismo, generando un estado de «estrés metabólico» que el cuerpo interpreta como una situación de supervivencia inadecuada para la reproducción.

Beneficios del ejercicio moderado para la fertilidad femenina

Las investigaciones científicas respaldan que el ejercicio regular de intensidad moderada puede mejorar significativamente las posibilidades de concepción. Entre los beneficios específicos para la fertilidad femenina encontramos:

  • Regulación hormonal: El ejercicio moderado contribuye al equilibrio hormonal, favoreciendo ciclos menstruales regulares y ovulaciones predecibles. Esto resulta particularmente beneficioso para mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP).
  • Control del peso corporal: Mantener un índice de masa corporal (IMC) entre 20 y 24.9 kg/m² se asocia con mayores tasas de fertilidad y menores complicaciones durante el embarazo.
  • Mejora de la sensibilidad a la insulina: La actividad física aumenta la sensibilidad de los tejidos a la insulina, factor especialmente relevante para mujeres con resistencia insulínica que puede afectar la ovulación.
  • Reducción del estrés: El ejercicio libera endorfinas que disminuyen los niveles de cortisol, hormona que en exceso puede interferir con los procesos reproductivos.

La actividad física regular también optimiza el flujo sanguíneo a los órganos reproductivos, facilitando el transporte de oxígeno y nutrientes necesarios para la maduración folicular y la implantación del embrión. Este aspecto, aunque menos visible, es fundamental para crear un ambiente propicio para la concepción.

Impacto del ejercicio en la fertilidad masculina

Impacto del ejercicio en la fertilidad masculina

Contrario a la creencia popular, la fertilidad no es solo «asunto de mujeres». El estilo de vida y los hábitos de ejercicio del hombre también influyen significativamente en la capacidad reproductiva de la pareja. Un estudio publicado en el European Journal of Applied Physiology encontró que los hombres que realizaban actividad física regular presentaban mejor calidad espermática que aquellos sedentarios.

Los principales efectos del ejercicio adecuado en la fertilidad masculina incluyen:

  • Mejora en la calidad seminal: El ejercicio moderado se asocia con aumentos en la concentración espermática, movilidad y morfología normal de los espermatozoides.
  • Optimización de niveles hormonales: La actividad física adecuada favorece la producción de testosterona, hormona esencial para la espermatogénesis.
  • Reducción del estrés oxidativo: El ejercicio regular disminuye la fragmentación del ADN espermático, factor asociado con infertilidad inexplicada.

Sin embargo, es importante considerar que la temperatura testicular debe mantenerse ligeramente por debajo de la temperatura corporal para una óptima producción de espermatozoides. Ciertos deportes, como el ciclismo intensivo (más de 5 horas semanales), pueden aumentar la temperatura escrotal y comprometer la espermatogénesis. Por este motivo, los hombres que buscan concebir deberían evaluar sus hábitos deportivos, especialmente si practican actividades que generan calor excesivo en la región genital.

Cuando el ejercicio se convierte en un obstáculo: signos de alerta

Si bien el ejercicio moderado favorece la fertilidad, el ejercicio excesivo puede interferir con la capacidad reproductiva. Es importante estar atento a las señales que indican que la actividad física podría estar afectando negativamente tu fertilidad.

En mujeres, las principales señales de alarma incluyen:

  • Irregularidades menstruales: Ciclos irregulares, períodos muy ligeros o ausencia de menstruación (amenorrea).
  • Bajo porcentaje de grasa corporal: Un porcentaje inferior al 17% puede comprometer la función ovulatoria.
  • Fatiga crónica: Sentirse constantemente cansada a pesar de dormir adecuadamente.

En hombres, debes prestar atención a:

  • Disminución de la libido: El ejercicio extremo puede reducir los niveles de testosterona, afectando el deseo sexual.
  • Molestias testiculares persistentes: Especialmente en ciclistas, pueden indicar problemas circulatorios.
  • Recuperación lenta: La fatiga muscular prolongada puede señalar un estado de sobreentrenamiento que impacta en el sistema hormonal.

Recomendaciones para optimizar la fertilidad a través del ejercicio

Recomendaciones para optimizar la fertilidad a través del ejercicio

Para quienes buscan concebir, encontrar el equilibrio ideal entre actividad física y descanso resulta fundamental. Los estudios sugieren que entre 30 y 45 minutos de ejercicio moderado, 4-5 veces por semana, representa la dosis ideal para mejorar la fertilidad sin comprometer la función reproductiva.

Algunas de las mejores actividades para optimizar la fertilidad incluyen:

  • Caminata a paso moderado: Accesible para todos los niveles de condición física y con mínimo impacto articular.
  • Natación: Proporciona un ejercicio de cuerpo completo sin sobrecalentamiento excesivo.
  • Yoga: Combina los beneficios del fortalecimiento muscular con la reducción del estrés.
  • Ciclismo recreativo moderado: Beneficioso siempre que se utilice un asiento adecuado que minimice la presión perineal, especialmente en hombres.

El monitoreo del IMC debería formar parte de la estrategia reproductiva. Para quienes se encuentran fuera del rango saludable (20-24.9 kg/m²), el ejercicio debe ajustarse: más intenso para personas con sobrepeso, y más enfocado en fortalecimiento que en gasto calórico para quienes presentan bajo peso.

La alimentación adaptada al nivel de actividad física resulta esencial. Es fundamental que la ingesta calórica sea proporcional al gasto energético, evitando tanto el déficit como el exceso. Una hidratación adecuada también optimiza la producción de fluido cervical en mujeres y la calidad seminal en hombres, factores que a menudo se subestiman.

Evitar el sobreentrenamiento es crucial para preservar la fertilidad. Escuchar al cuerpo y permitir períodos adecuados de recuperación previene el estado de estrés crónico que puede suprimir la función reproductiva. Los síntomas de sobreentrenamiento como insomnio, irritabilidad, pérdida de apetito o disminución del rendimiento son señales que no deben ignorarse, especialmente cuando se busca concebir.

Ejercicio durante tratamientos de fertilidad

Las personas sometidas a tratamientos de reproducción asistida a menudo reciben recomendaciones confusas respecto al ejercicio. La evidencia científica actual ofrece pautas más claras según la etapa del tratamiento:

Fase previa al tratamiento: El ejercicio moderado se recomienda para optimizar la salud metabólica y hormonal, creando condiciones favorables para el éxito del procedimiento.

Durante la estimulación ovárica: Se aconseja reducir significativamente la intensidad del ejercicio y evitar actividades de alto impacto, saltos o movimientos bruscos. Las caminatas suaves, la natación ligera o los estiramientos gentiles constituyen alternativas seguras.

Después de la transferencia embrionaria: Aunque tradicionalmente se recomendaba reposo absoluto, estudios recientes sugieren que la actividad física ligera no afecta negativamente las tasas de implantación y puede beneficiar el bienestar emocional.

Durante todo el proceso de tratamiento de fertilidad, es recomendable evitar:

  • Deportes de contacto o con riesgo de caídas
  • Levantamiento de pesas con cargas significativas
  • Ejercicios abdominales intensos
  • Posiciones que aumenten la presión intraabdominal
  • Actividades que eleven excesivamente la temperatura corporal

La actividad física como terapia complementaria

Más allá de su impacto directo en la fisiología reproductiva, el ejercicio adecuado ofrece beneficios emocionales invaluables para quienes atraviesan el desafío de la infertilidad. La actividad física libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad, factores cruciales considerando la montaña rusa emocional que suelen experimentar las parejas con dificultades para concebir.

La calidad del sueño también mejora significativamente con el ejercicio regular. Un descanso reparador resulta esencial para la regulación hormonal y la salud reproductiva, creando un círculo virtuoso donde el ejercicio moderado favorece el sueño profundo, y este a su vez optimiza el funcionamiento hormonal.

El ejercicio puede convertirse en una herramienta para fortalecer el vínculo de pareja durante el proceso de búsqueda de embarazo. Realizar actividades físicas conjuntas como caminatas, clases de yoga en pareja o natación crea espacios de conexión alejados del estrés de los tratamientos y las preocupaciones sobre la fertilidad.

Recomendaciones específicas según necesidades reproductivas

Las recomendaciones de ejercicio deben personalizarse según las características individuales y los objetivos reproductivos:

Para mujeres con sobrepeso u obesidad: Un programa de ejercicio gradual combinado con asesoramiento nutricional puede mejorar significativamente las tasas de ovulación y embarazo. Iniciar con 30 minutos diarios de actividad aeróbica de bajo impacto, aumentando progresivamente la intensidad y duración, puede generar cambios metabólicos favorables sin provocar estrés excesivo.

Para mujeres con bajo peso: El enfoque debe centrarse en ganar masa muscular a través de ejercicios de resistencia moderada, combinados con una alimentación que asegure un balance energético positivo. El yoga, el pilates y el entrenamiento con pesas ligeras constituyen excelentes opciones que fortalecen sin generar un gasto calórico excesivo.

Para hombres con parámetros seminales subóptimos: El ejercicio aeróbico moderado combinado con entrenamiento de fuerza 2-3 veces por semana puede ser beneficioso. Deben evitar especialmente el ciclismo intensivo y el uso frecuente de saunas o jacuzzis que elevan la temperatura testicular.

Para parejas con infertilidad inexplicada: El ejercicio moderado regular junto con técnicas de reducción del estrés como yoga o tai chi puede optimizar las condiciones fisiológicas para la concepción natural. En estos casos, el componente psicológico del ejercicio cobra especial relevancia, ayudando a gestionar la frustración y la ansiedad.

Una relación de equilibrio

La relación entre ejercicio y fertilidad ejemplifica perfectamente el principio de que «más no siempre es mejor». El ejercicio físico adecuado representa un pilar fundamental para optimizar la salud reproductiva, pero debe practicarse con moderación y adaptarse a las circunstancias individuales.

La clave está en el equilibrio: suficiente actividad física para mantener un peso saludable, promover el bienestar hormonal y metabólico, y reducir el estrés, pero no tanta como para crear un déficit energético que comprometa la función reproductiva. Este equilibrio varía considerablemente entre individuos, lo que subraya la importancia de un enfoque personalizado y la comunicación constante con profesionales de la salud.

Finalmente, es fundamental recordar que el ejercicio es solo uno de los múltiples factores que influyen en la fertilidad. La edad, la genética, la alimentación y los hábitos de vida como el consumo de alcohol o tabaco también juegan roles decisivos. Por ello, ante dificultades para concebir, se recomienda una evaluación integral por especialistas en medicina reproductiva que consideren todos estos aspectos de manera holística.

Si estás en el camino hacia la maternidad o paternidad, recuerda que el movimiento es vida, pero en dosis adecuadas. Consulta siempre con profesionales de la salud para recibir recomendaciones personalizadas que optimicen tu bienestar reproductivo y aumenten tus posibilidades de alcanzar el sueño de formar una familia.

Referencias

  1. Wise, L.A. et al. «Un estudio prospectivo de cohorte sobre actividad física y tiempo hasta el embarazo». Fertility and Sterility. Vol. 97(5): 1136-1142. 2012.
  2. Hakimi, O. y Cameron, L.C. «Efecto del ejercicio sobre la ovulación: Una revisión sistemática». Sports Medicine. Vol. 47(8): 1555-1567. 2017.
  3. Gaskins, A.J. et al. «Actividades físicas y sedentarias maternas en relación con los resultados reproductivos después de FIV». Reproductive Biomedicine Online. Vol. 33(4): 513-521. 2016.
  4. Mínguez-Alarcón, L. et al. «Actividad física y calidad del semen: un metanálisis». European Journal of Applied Physiology. Vol. 119(4): 853-863. 2019.
  5. Harrison, C.L. et al. «Ejercicio físico y restricción de peso para mujeres con síndrome de ovario poliquístico: Un ensayo clínico aleatorizado». The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. Vol. 101(11): 4236-4243. 2016.
  6. American Society for Reproductive Medicine. «Optimización de la fertilidad natural». Fertility and Sterility. Vol. 107(1): 52-58. 2017.
  7. Evenson, K.R. y Hesketh, K.D. «Actividad física y comportamiento sedentario durante el embarazo y el posparto». The Obstetrician & Gynaecologist. Vol. 20(2): 123-131. 2018.
  8. Ricci, E. et al. «Estilo de vida y fertilidad: el impacto de los factores de estilo de vida en la fertilidad». Reproductive Biology and Endocrinology. Vol. 16(1): 1-14. 2018.
  9. Palomba, S. et al. «Actividad física antes de la FIV y el ICSI: una revisión sistemática». Reproductive BioMedicine Online. Vol. 37(3): 269-283. 2018.
  10. Vaamonde, D. et al. «Impacto de la actividad física y el ejercicio sobre la calidad seminal masculina». World Journal of Men’s Health. Vol. 35(3): 146-156. 2017.